sábado, 12 de diciembre de 2015

Reparando Warhammer.

La llegada de Age of Sigmar no fue para mí, como tal,un evento reseñable, pero sí su principal consecuencia: que Games Workshop no iba a seguir actualizando ni apoyando el juego de Warhammer como tal. Este hecho ha removido conciencias entre todos los aficionados a este juego, y eso ha cristalizado en varias opciones para continuar con este icono de las batallas fantásticas. Hoy os hablaré de las que me tocan más de cerca: La recuperación de Sexta Edición por parte de Namarie de Cargad, Ninth Age y, por supuesto o por desgracia Warhammer Reforged. 

Vamos al tocho...

Una pequeña introducción al problema.

Lo primero deciros que este análisis va a ser subjetivo.  Recordaros que soy un jugador casual de Warhammer en el amplio sentido de la palabra: ni juego demasiado a menudo, ni exprimo listas o estudio reglas para ganar. En Warhammer siempre he buscado una simulación de batallas, no un juego que ponga a prueba mis habilidades, o en el que tenga que demostrar nada a nadie. (Bueno, sí: que tal pinto.)

Con la llegada de Age of Sigmar, Games Workshop dejaba atrás un juego con ocho ediciones y un fin de los tiempos. Los aficionados hemos heredado realmente un juguete roto: salvo excepciones, las ediciones de Warhammer nunca buscaron afinar el reglamento, ni hacer el sistema más jugable, equilibrado o realista. 

La empresa inglesa, desde que trato con ella, siempre se ha guiado por su ansia de vender miniaturas, a veces con acierto, aunque últimamente no tanto. Por eso tenemos 8 ediciones con un motor similar, pero tremendamente diferentes entre sí. La primera pregunta es evidente: ¿Cual es la mejor? ¿Con cual nos quedamos?¿O que reglas tomamos de cada edición?

Estas tres alternativas dan su respuesta a estos dilemas. Vamos verlas:

Manuscritos de Nuth Reloaded

Namarie plantea la cuestion de manera sencilla. Para él la mejor edición fue Sexta. Ha lanzado su proyecto a traves de posts regulares en su blog: el siempre puntero Cargad. Su trabajo consiste ahora, por explicarlo con simplicidad en adaptar todas las unidades existentes que no estuvieron en Sexta Edición. 

Esta opción tiene muchos buenos puntos de partida. 

Lo primero, es la única que va a medir en cm. A muchos os parecerá una tontería centimetros o pulgadas, pero considero que si las peanas están en centimetros, el movimiento ha de ser en centimetros. ¿Porqué? Imaginemos por un momento que nuestro juego tuviese casillas, cada unidad ha de ajustarse a una casilla, y esta unidad mide X centímetros. Si las casillas que mueve tu unidad vienen expresadas en varas o pulgadas, nos estamos complicando la vida innecesariamente. Abandonemos esa manía anglosajona.  

En segundo lugar, sexta es quizá la edición mas depurada de Warhammer. Y una de las más exitosas de cara al público. Cuando se redactó, si que se observaba una intención de hacer este wargame divertido, equilibrado y realista. Es un paso lógico partir de esta edición. Aunque habrá mucha gente que prefiera otras.

Pero no hemos de perder de vista que este estilo depurado no solo se debe al reglamento: desde mi punto de vista, eran los libros de ejército, que también son reglas, los que mas contribuyeron a ello. Para mí los libros de esta edición siempre han sido los más sencillos y manejables. 

Indicar, además, que Sexta fue uno de los pocos reglamentos completos que ha publicado Games Workshop. Al ir acompañada del suplemento gratuito de Hordas Invasoras, se nos ofrecía la totalidad de las reglas: manual y normas de construcción de ejercito. Quizá fue el momento en que Warhammer gozó de más equilibrio. 

Y aquí entra el punto débil que veo al proyecto de Namarie: al incluir la cantidad de personajes y tropas publicados antes y despues de Sexta Edición, corre el riesgo de desequilibrar el reglamento, o complicarlo. Cada unidad nueva suponen más reglas, nuevos costes en puntos... está por ver si el sistema de sexta lo soportará.

Por mi parte seguiré el proyecto, y lo juzgaremos cuando tengamos en mano los ejércitos definitivos.

Novena Edad

Estamos ante un proyecto lanzado por los jugadores competitivos de Warhammer, a partir de las reglas de octava edición, y las normas de torneos ETC. Tienen una página donde aparece el reglamento junto con unos libros de ejército escuetos y al grano. 

Su principal punto fuerte es que sus creadores son competidores, con una dilatada experiencia, y un conocimiento profundo de las reglas en sí. Esto nos invita a pensar en una edición de gran calidad técnica y muy afinada.

Pero aquí es donde, como jugador casual, tuerzo el morro. El juego competitivo de Warhammer siempre me ha parecido un poco feo: abusos de combos, de determinadas unidades o de determinados ejércitos, explotar las reglas o sus lagunas hasta límites insospechados.... Ir a un torneo de esto parecé a veces descender a los bajos fondos del hobby.

Otro problema, desde mi punto de vista, es que parten de Octava Edición, un reglamento que conozco poco y que me genera muchas dudas: unidades redirectoras de cargas etc... ¿Es un buen reglamento, que hizo aguas por unos libros de ejército cada vez más descompensados, o fallaba por otras cosas? La realidad es que ha sido el último Warhammer, y eso no suele ser buena señal. 

Viendo el material que han publicado en Ninth Age, mis dudas sobre este proyecto no se despejan, y veo esa dualidad de los competidores de Warhammer, he visto libros de ejército con soluciones muy elegantes, como condes vampiro y sus mejoras de unidades según línea de sangre, frente a cosas que considero errores, como quitar la animosidad.

Cuando quitaron la animosidad, la explicación fue que la regla no funcionaba bien. Normal: estamos ante una regla-traba, un handicap aleatorio marcado por el trasfondo de un ejército determinado. Da colorido al juego. Desgraciadamente, palabras como trasfondo o colorido, no son cosas que todo el mundo entiende dentro del sistema de torneos.

Mi temor es que este proyecto acabe en un juego muy afinado y rodado, pero carente de alma, y alejado de esa representación de batallas roleras que siempre he buscado. Tienen muchos recursos y posibilidades, lo cual siempre es esperanzador, y quizá consigan grandes cosas. 

Pero su empeño torneístico puede que acabe tropezando con otro juego muy fuerte (aparte de económico) y mejor preparado para la competición: Kings of War. Recordar que Mantic si fomenta y apoya los torneos. También  lanza nuevas miniaturas y ejércitos, dinamizando el metajuego. A la larga, y no tan larga, esto puede ocasionar que buena parte del público competidor de Warhammer se pase a KoW, dejando el proyecto de Ninth Age tocado y vacío. 

Un proyecto abierto, con muchos puntos fuertes, pero con muchas sombras.

Warhammer Reforged

Este diciembre ha llegado esta reconstrución del reglamento en castellano. De sus creadores poco puedo añadir, más allá de lo que ha dicho la policía y las instituciones psiquiatricas. Para mi sorpresa, el proyecto es bastante sólido, mucho más de lo que me esperaba. La maquetación es más que aceptable, superando la de Ninth Age para mi gusto. Y eso, a pesar de contar con una plantilla mas amplia de colaboradores.

Este es el gran acierto de Warhammer Reforged: están publicando libros hechos, con buen acabado. Las reglas siempre parecen más reglas si el formato es más atractivo y está mejor maquetado. En cierta forma se han erigido en jueces, escuchan opiniones, pero ellos deciden, es el proyecto menos abierto de los tres, pero quizá por eso esté tomando una dirección clara. No plantean debate. Estan sacando un juego directamente, a ver que pasa. 

Por cercanía a los creadores, es el sistema al que voy a jugar. Es cierto que me lo han vendido por activa y por pasiva, pero me parece muy bien orientado a generar batallas de fantasía creíbles. 

¿Los fallos? La redacción del mismo es más farragosa que la de Ninth Age. Producto del entusiasmo, en algunas momentos unen explicaciones de trasfondo con explicaciones de las reglas, haciendo que la consulta al manual sea un poco dura.

Este es un fallo heredado de los propios reglamentos Workshop, que se prodigaban en estas cosas. Siempre me parecieron manuales muy extensos para las reglas que realmente contenían. Afortunadamente, parece que buena parte de su público estaba acostumbrada a esto, y lejos de espantarse, están abrazando el manual y los libros como quien se reencuentra con un viejo amigo.

De momento el sistema, a primera vista, no presenta grandes fallos o estridencias, coge las reglas que ellos han considerado lógicas desde sexta a la actualidad. Los libros de ejército parecen claros y consistentes. 

Otro punto débil es que solo está en castellano, lo que coarta tremendamente su difusión. Y esto es esencial, ya que los reglamentos que sobreviven son aquellos que se juegan. El mundo de los wargames está repleto de reglamentos muertos. Son como el latín o el arameo: los eruditos los conocen, pero nadie los habla. 

Veremos si el carisma de Warhammer Reforged le hace superar las adversidades y establecerse como una opción clara. A ellos les haría ilusión. 

Conclusiones:

Los proyectos expuestos no son los únicos. Multitud de iniciativas Oldhammer se están desarrollando por ahí. Otros proyectos, como Tiamat, parecen hibernar. Solo llevamos medio año sin Warhammer oficial. Pueden pasar muchas cosas, y la evolución de estos proyectos puede dar muchos vuelcos.

La situación de los wargames fantásticos también puede cambiar muy rápido: KoW tiende pensada una nueva tanda de ejércitos. Y aunque Games Workshop parece empeñada en sacar adelante Age of Sigmar, si esto no cuaja, quizá vuelva a Warhammer. O vendan la IP, o a saber...


La cosa es que el éxito de estas iniciativas depende de nosotros: el voluble jugador de wargames de fantasía. Para mí lo ideal sería algo similar a lo que pasó en Blood Bowl: que la comunidad, casi al completo, adopte un reglamento común, aunque no sea perfecto.

Desgraciadamente, en Blood Bowl lo tenían más fácil: no tenían tanta edición para elegir, y no se toman las cosas tan en serio. El humor siempre ayuda a acercar posturas. 

Las opciones están planteadas: veremos cuales se asientan y cuales no. Pero de momento Warhammer sigue vivo.